La estructura de acero de la mejor calidad de la época está
apoyada sobre una base de piedra de sillería, procedente de los antiguos
muelles históricos de la Ribera, de aquí el origen de su nombre. Inicialmente
estaba anclada al lecho marino.
Hasta que la grúa entró en servicio sólo se podían realizar
trabajos en el puerto con cargas de 8 toneladas. Por ello, el resto de los
barcos se iban a puertos cercanos de la costa Cantábrica como el de Bilbao.
La grúa se alza 14 metros sobre el piso del muelle y el
cable permite elevar cargas desde 23 metros, suficiente para realizar trabajos
incluso en la bajamar con las mareas más vivas. Su radio de acción es de 11
metros. El peso total sin contar su base es de 48 toneladas, a lo que debemos
añadir el contrapeso en su parte trasera, que con un peso de 34 toneladas
permite contrarrestar la tensión de las cargas mas voluminosas.
Era capaz de mover con seguridad cargas de hasta 30
toneladas, aunque en la prueba de carga llegó a levantar 36 sin dificultad. En
el caso de tratarse de pesos de menos de 10 toneladas, contaba con un mecanismo
manual que a pleno esfuerzo necesitaba la fuerza de 6 hombres para mover la
mercancía, en cambio sin carga 2 hombres eran suficientes para accionarla.
Estaba propulsada por una máquina de vapor que con el tiempo
fue sustituida por un motor eléctrico. Los costes de fabricación fueron de
74.820 pesetas, que en aquellos tiempos ya era una cantidad considerable de
dinero, y para hacernos una idea si lo trasladamos a precios de la actualidad
equivaldría a más de un millón de euros. Ese precio final se dividía en 70.500
pesetas de la grúa de vapor y 4.320 para el mecanismo de acción manual.
El 16 de febrero de 2016 se desprendieron los contrapesos y
la estructura tuvo que ser desmantelada para su reparación. La cabina, la base
y los engranajes se arreglaron en su ubicación original y el brazo, cable de
elevación de carga, los contrapesos y otros elementos metálicos fueron trasladados
a unos talleres. La rehabilitación tuvo un coste de 151.494,42 euros bajo la
dirección del arquitecto Francisco Rebollo Calvo y la empresa Calvo
Construcciones y Montajes S.L.
El 9 de junio de 2017, tras casi 16 meses desmantelada, fue
reinaugurada con un aspecto renovado. La grúa de Piedra sigue siendo en la
actualidad una pieza emblemática de la ciudad.
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Cuadro de la grúa de piedra antes de su reforma. |
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Imagen de la grúa de piedra en la actualidad. |