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viernes, 8 de febrero de 2019

Valles Pasiegos

Los valles pasiegos engloban las cuencas fluviales de los ríos Pas, Pisueña y Miera, con una gran similitud cultural y social con pequeños signos distintivos. Ya se tenía referencia de los pasiegos hacia el año 1011.
La actividad económica mas importante es la ganadería dedicada a la explotación láctea y derivados, con un sistema basado en los desplazamientos del ganado a los pastos de altura en primavera y verano. Adaptado a esta forma de vida se comienzan a construir las cabañas pasiegas cuyo origen contrastado se señala en el siglo XVI.  Cabañas que en un principio se hacían de madera y luego de piedra, acondicionadas para las necesidades de la explotación ganadera. Siempre construidas con materiales locales y próximos, suelen ser de dos plantas, la parte baja para establo y la superior habilitada como vivienda, los tejados son de lajas de piedra o “lastras”. Se calcula que en los valles pasiegos existen cerca de 800 cabañales en buen estado de conservación. Una vez llegado el invierno bajaban a la aldea, en núcleos de población estables que se fueron formando alrededor de las iglesias y monasterios a lo largo de la edad media, Vega de Pas, San Pedro del Romeral y San Roque de Riomiera.
Es destacable en la historia de estos valles el papel de las mujeres, sobre todo aquellas que salieron de su tierra para ser “amas de cría” de los hijos recién nacidos de la nobleza y de la alta burguesía.
El Valle del Miera es el más occidental, destaca por sus bosques de hayas. En la cuenca alta es abrupto pero ya en su parte media podemos encontrar cabañas pasiegas y en su parte baja balnearios como el de Liérganes. En la cabecera del Miera se encuentra San Roque de Riomiera que celebra en Septiembre la fiesta del “Orgullu Pasiego”, con actividades relacionadas con su idiosincrasia, como el salto pasiego o el corte de troncos entre otros. En esta zona se ha conseguido la recuperación de especies como el rebeco, desaparecido durante muchos años en este entorno.
 En el Valle del Pisueña las cabañas aparecen por doquier. De su arquitectura destaca la Colegiata de Santa Cruz de Castañeda de los siglos XI y XII, la iglesia románica de San Andres, Nuestra Señora de la Asunción, el Santuario de Nuestra Señora de Valvanuz (patrona de los pasiegos) que se celebra el 15 de agosto y como destacada representación civil el Palacio de Soñanes.Un municipio importante en el curso de este rio es Selaya, en su origen, Sel del Haya, su nombre proviene de los seles o lugares cercados en redondo donde se guardaba el ganado alrededor de una especie de ara de piedra en la que se encendía fuego para alejar a los lobos y otras alimañas durante la noche.
El Pas es un rio salmonero de más de setenta kilómetros, que divide a Cantabria en dos por su mismo centro. El nombre de Pas ya aparece en documentos del siglo XI, citado por Salvador de Oña. En la cabecera del rio se sitúa el pueblo de La Vega de Pas, en este municipio está enclavado el museo etnográfico de Las Tres Villas Pasiegas. Su camino está plagado de molinos que trituraban el grano, primero trigo y después maíz por ser este abundante en la zona y extraordinarios balnearios como Alceda y Ontaneda, conocidos ya en tiempos de los romanos, famosos por sus aguas sulfurosas. Casi al final de su recorrido está Puente Viesgo, donde se encuentran las cuevas de el castillo y las monedas, prueba del arte rupestre paleolítico y declaradas patrimonio de la humanidad por la Unesco en 2008. Es un valle con un rico y amplio valor arquitectónico, cabe  mencionar la iglesia de Santa María de Cayón. Señalando de manera curiosa que en el pueblo de Vejorís, bañado por el Pas, está el solar de don Francisco de Quevedo y Villegas, la casa de sus mayores que nunca olvidó.
Es un lugar privilegiado en una naturaleza que conserva todo su verdor y con un bosque autóctono representado por robles, fresnos, castaños, olmos, arces, alisos y tilos, ríos en los que disfrutar el deporte de la pesca y elevadas cumbres que sobrepasan los 1500 metros de altitud con un fuerte relieve consecuencia de su origen glaciar.
En resumen, es una comarca que va despertando y abriéndose a otras formas de economía como el turismo rural y la gastronomía, ejes de su prosperidad.  No podemos dejar de mencionar los sobaos y la quesada pasiega; dos dulces antaño caseros que han evolucionado desde sus orígenes, siendo conocidos,  me atrevería a decir, en todo el mundo.










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