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viernes, 23 de abril de 2021

Comillas

 

Comillas, situada en el litoral Occidental de Cantabria, es una pequeña población poseedora de un gran encanto, labrado a lo largo de muchos años, pero sobre todo durante el siglo XIX a través de la figura de Antonio López, Marqués de Comillas, emigrante que al regresar a su pueblo tras haber hecho fortuna, e influenciado por las relaciones con Barcelona, tanto a nivel empresarial como personal, traslada a este pequeño pueblo pesquero la arquitectura vanguardista de la época, convirtiendo a la villa en un enclave de imprescindible visita.

En lo referente a su origen en la época romana ya se mencionaba Comillas y se extraían minerales metálicos de la zona. Durante la edad media, en el siglo XI, existen documentos que constatan los primeros asentamientos en los que hoy sería el casco antiguo de la villa. Fue declarada bien de interés histórico-cultural el 29 de marzo de 1985.

Antaño la principal actividad era la pesca y más concretamente desde el siglo XVI hasta el siglo XVIII (1720), la captura de ballenas. Estas eran asiduas a las costas del cantábrico desde el mes de marzo hasta noviembre. Se contaba por aquel entonces con la presencia de marineros vascos que venían a trabajar al que fue el último puerto ballenero del Cantábrico. En 1603 ya se había comenzado la construcción del pequeño, pero sólido, puerto pesquero. Protegido de los embates del mar por imponentes piedras de sillería, se concluyó la obra en 1716, pasando así a concentrar la actividad pesquera en la captura de especies como la sardina, la caballa y el bonito. No fue hasta la segunda mitad del siglo XIX cuando cambio totalmente su sector económico preponderante, pasando del pesquero al turístico

 

En 1881 Antonio López invita al rey Alfonso XII a su tierra natal, siendo este uno de los momentos de trasformación del pueblo, atrayendo, a partir de entonces, ilustres veraneantes sobre todo de Madrid, Andalucía y el País Vasco. Continuó esta tradición Alfonso XIII con sus visitas a la villa cuando disfrutaba de la temporada estival en Santander.

El Marques de Comillas y posteriormente su hijo impulsaron la construcción de importantes obras, rodeándose de los arquitectos más prestigiosos del momento como Martorell. Este levanto tres fabulosas obras de estilo modernista. El Palacio de Sobrellano, una iglesia, la Capilla-Panteón, y una escuela que acabó convirtiéndose en la Universidad Pontificia, decorada majestuosamente por Luis Domenech i Montaner que también reforma los muros exteriores del cementerio. Sobre una de las paredes de la antigua iglesia situada en el cementerio se alza la escultura El Ángel exterminador, obra modernista de Josep Llimoná de 1895. No obstante, el modernismo más representativo brilla en el Capricho de Gaudí, integración del arte, la música y la naturaleza, completado en el año1900, poseedor de una magnífica portalada que esconde en su estructura un pequeño orificio para permitir el paso de las aves.

La Iglesia Católica siempre ha estado muy presente en la historia de Comillas. Por un lado, la impronta de la Universidad Pontificia y por otro el hecho de que haya tenido en su historia seis arzobispos nacidos en esta tierra, circunstancia que hace que sea conocida popularmente como la villa de los arzobispos. La fachada principal del antiguo ayuntamiento conserva los seis escudos de cada uno de los mencionados altos eclesiásticos. La Universidad Pontificia se halla frente al Palacio de Sobrellano, en un hermoso promontorio frente al mar, dotado de unas vistas privilegiadas, aun más espectaculares, desde sus plantas más altas. Se construyo en 1881 bajo el patronazgo del primer marqués de Comillas y continuado por su familia. En 1892 se inauguran los primeros cursos. Fue durante muchos años un prestigioso seminario dirigido por la Compañía de Jesús, en la que se formaban los futuros eclesiásticos que aportarían en las décadas siguientes un gran prestigio a la institución. También una oportunidad de acceso a una formación de calidad para algunos de los niños de la comarca. El entorno inmejorable, disponiendo de multitud de recursos pues tenían su propia biblioteca, cine y, en su época de máximo apogeo, era autosuficiente, disponiendo de panadería, enfermería y contando con una extensa vaquería que producía productos lácteos suficientes para alimentar a los estudiantes y docentes. Fue en 1967 cuando fue clausurado como seminario, continuando hasta 1975 como colegio, impartiéndose 6º, 7º y 8º de Educación General Básica (niños entre los 12 y los 14 años). La excepcionalidad de esta última etapa posibilitó que unos pocos niños, menos de un centenar, disfrutaran de un entorno y estructura pensada para miles de personas. La construcción de los edificios de la Universidad se realizó en varias fases, con tres módulos diferenciados, el edificio principal que es el más antiguo y característico, con fachadas que combinan mampostería y ladrillo y luego dos edificios anexos, el Hispano y el Moderno. En la portalada del seminario se hallan las armas de la Santa Sede y el monograma de la Compañía de Jesús. En la actualidad, después de una intensa remodelación, finalizada en 2010, alberga la Fundación Comillas dedicada a la enseñanza de español. Se puede hacer una pequeña visita guiada donde se muestra una parte de la Universidad, aunque todavía no es posible actualmente contemplar todos sus tesoros como la capilla, con su artesonado de madera, pues se encuentra en fase de restauración.

Sus habitantes censados no superan los 2.500 habitantes, cifra que se multiplica en temporada de vacaciones sobre todo el mes de agosto donde puede llegar a rondar los 40.000 vecinos, pese a tratarse de un municipio cuya extensión es de solo 18,5 kilómetros cuadrados. Todo al amparo de una construcción masiva focalizada en la década de los 80 del siglo pasado, que lo convierte en unos de los pueblos turísticos más destacados de Cantabria. Si a esto le añadimos su inmejorable situación geográfica, con la imponente vista de los Picos de Europa a solo 20 kilómetros, unos suaves acantilados con praderías verdes que llegan al límite del mar y su playa, junto al puerto, con medio kilómetro de longitud de fina arena, se hace imprescindible su visita. Enclavada en el entorno privilegiado de la ría de la Rabia, hábitat de numerosas aves acuáticas que pasan el invierno, o descansan en ella, durante las largas migraciones. Los bosques cercanos son pródigos en abedules, castaños y robles. Entre la fauna destaca el gavilán, la ardilla, el zorro y el tejón.

En cuanto a fiestas populares y gastronomía se celebra San Cristóbal el 10 de julio por ser el patrón de Comillas y la otra festividad señalada para la villa es el 16 de julio, la fiesta del Santo Cristo. Como buen puerto pesquero cántabro en lo que gastronomía se refiere destacan sabrosos pescados y mariscos. En cuanto a platos de cuchara el siempre delicioso cocido montañés.

          

                                      Universidad Pontificia 

         

                                                          Playa y puerto 

                  

  Escultura sobre la tapia del cementerio                         Palacio de Sobrellano


     

                         El Capricho                          Dibujos                Girasol de la fachada


                                 

                                                Detalle de los escudos de los arzobispos

   


lunes, 3 de agosto de 2020

Parque natural de Oyambre y El Pájaro Amarillo

 

 Situado en la costa occidental de Cantabria, fue declarado parque natural en 1988, siendo su principal objetivo la conservación de este paraje natural evitando así el peligro de desaparición de sus dunas y playas, formando un ecosistema propio de la costa cántabra.

Dentro del parque, encontramos playas como la de Merón, La Gerra y Oyambre, esta última, comienza en la desembocadura de la ría de la Rabia y se extiende a lo largo de casi dos kilómetros hacia el oeste.

El parque tiene una extensión de 57 kilómetros cuadrados entre Comillas y San Vicente de la Barquera con una elevada importancia ecológica.

Las playas destacan entre las mejores para la practica del surf, por lo que es fácil ver sobre todo en verano gran cantidad de aficionados a este deporte, cuenta con todos los servicios, un amplio aparcamiento y camping. La mejor época para surfear sigue siendo otoño-invierno, aunque cuando más se disfruta es en verano. Cuenta en el entorno con un campo de golf, fundado en 1924 por el conde de Güell, marques de comillas, inaugurado y frecuentado por el rey Alfonso XIII, en total 9 hoyos, en terreno de dunas, acompañados por este entorno maravilloso de mar y montañas.

Vamos a mencionar una curioso suceso que aconteció en esta pequeña localidad en el año 1929. Debemos situarnos en esta época histórica de la aviación. A nivel local hay que recordar que ya en 1913 el cántabro Juan Pombo Ibarra realizó el primer vuelo Santander-Madrid, por su parte, Salvador Hedilla un vuelo que conectó por primera vez la península Ibérica con la isla de Mallorca y otro hombre ilustre de la tierruca, Joaquín Cayón, parte de Santander el 21 de mayo de 1935 y tras atravesar diversos países aterriza en México D.F después de 76 horas de vuelo.

En este momento tan fecundo a nivel aeronaútico, tres franceses conseguirán realizar el primer vuelo trasatlántico europeo sin escalas. La aventura la llevan a cabo Jean Assollant, comandante y primer piloto, René Lefrève, navegador de vuelo y Armand Lotti, artífice y organizador de esta aventura. El avión es un Bernard 191GR (Grand Raid) de la que solo se fabrican tres unidades, todas ellas dedicadas a cubrir grandes rutas aéreas y pintado de un llamativo color amarillo, llevando el nombre de Oiseau Canari (Pájaro Amarillo).

El viaje parte de Nueva York, de la playa Old Orchard, situada al norte de Boston. Se escogió esta alargada extensión de arena ya que los aeródromos americanos no disponían de una pista tan larga para poder despegar un avión de gran envergadura como el Pájaro Amarillo.Ya realizados todos los preparativos, se tuvo que construir una pequeña pasarela de madera para los primeros metros de despegue sobre la arena, y se subió la carga que consistía en un total de ciento ochenta cartas que quedaron embarcadas el 13 de junio. En la víspera del viaje, Lotti decidió vaciar de los tanques de combustible cien litros para aligerar la carga. Consideraba que llevarían mucho peso y eso ralentizaría el vuelo. Llevaron a bordo lo imprescindible, algo de comida, agua y una botella de whisky para celebrar la llegada.

Así que el 13 de junio de 1929 a las 10.08 horas de Nueva York, parte de Old Orchand el vuelo con destino a París. Pero lo curioso de este viaje es que nada más despegar descubrieron que tenían otro pasajero a bordo, un polizón Arthur Schreiber, que solo por razones de aventura, o al menos eso fue lo que él manifestó siempre, se subió a bordo de la aeronave y sin querer complicó el vuelo más de lo que se podía imaginar, ya que con su peso aumento el consumo de combustible y a punto estuvo de dar al traste con la hazaña.

Después de un viaje lleno de sobresaltos y cubierto en parte por el mal tiempo, a lo que hay que añadir el vaciado de combustible que hicieron antes de comenzar el viaje y el polizón, que ha supuesto un gasto extra, su objetivo de llegar a París se entiende imposible. El problema ahora es donde aterrizar. Esta anocheciendo y no les queda mucho tiempo, así que deciden aterrizar en la playa de Oyambre, gracias a la pericia de su piloto todo acontece sin más sobresaltos a pesar de la dificultad. Han trascurrido 29 horas y 32 minutos desde que despegaron, cruzando el Atlántico norte sin escalas, cubriendo casi una distancia de 6.000 kilómetros. Son las 20.40 hora local del 14 de junio. La playa esta apartada de la población mas cercana que es Comillas, tardaron algunas horas en que alguien les pudiera ayudar. En la villa, fue todo un acontecimiento y una auténtica fiesta. Permanecen allí desde su llegada hasta el 16 de junio, en que que parten rumbo a París, después de hacer algunas reparaciones técnicas en el aparato. A las 6.45 del día 16, el avión despegó desde la misma playa de Oyambre rumbo a su destino. Continúan su vuelo sin contratiempos hasta que, a la altura de la costa francesa, en Las Landas, el motor se para en seco, así que repiten un aterrizaje de emergencia en la playa de Mimizan les Bains. Una vez han repostado, a las 17:45 del 16 de junio de 1929 reemprenden la última etapa Cazeaux-París. Este vuelo dura hora y media y así a las 20:47 h, aterrizan en el aeródromo de Le Bourget. Termina aquí este vuelo Nueva York-Paris, sus tripulantes fueron recibidos como héroes, sin olvidarnos de su polizón que hizo pasar este vuelo a la historia como el primero en cruzar el Atlántico Norte con un pasajero.

En Oyambre, se levantó un monumento, recordando la gesta, durante unos años languideció, bastante abandonado, pero recientemente se ha restaurado, manteniendo viva la aventura de los hombres que al principio del siglo XX comenzaban a escribir la historia de la aviación.

Nota: Para profundizar en todo lo referente a los detalles de este viaje trasatlántico es altamente recomendable la consulta del libro “El Pájaro Amarillo en Oyambre” de Carmen Cabezón.




    

lunes, 1 de junio de 2020

Teleférico de Fuente Dé


Continuando nuestro camino llegamos al último punto de esta carretera, que nos conduce a Fuente Dé. En ese lugar, ante unos majestuosos Picos de Europa, se vislumbran el cruce de cabinas del teleférico en el punto medio de su recorrido, el parador nacional y el hotel “El rebeco” con su encanto basado en la estética del refugio de montaña.

El origen de esta instalación se remonta hacia 1850 cuando de la mano de la minería se comenzaron a explotar yacimientos de zinc por parte de la Real Compañía Asturiana de Minas. Por aquel entonces se descubrió este mineral tanto en Áliva como en las Vegas de Liordes, situados en la zona alta de Picos. Eso lleva a la necesidad de dar salida al mineral salvando los 900 metros de desnivel hasta Fuente Dé, siendo este cable minero el precedente del teleférico actual. En el año 1961 se comienza a dar los primeros pasos para su construcción, presentando el ingeniero lebaniego José Antonio Odriozola unos estudios preliminares que verían la luz como proyecto definitivo a finales de 1962. Así la instalación se lleva a cabo por una empresa italiana, con el arquitecto Ángel Hernández Morales y los ingenieros José Calavera Ruiz y Agustín Gómez Obregón, terminándose en junio de 1966 y siendo el 12 de septiembre de ese mismo año cuando se inaugura, aunque estaba ya en funcionamiento desde finales de agosto. En ese momento era el de más longitud en toda Europa sin soportes intermedios. Las cabinas del teleférico salvan un desnivel de 753,5 metros. Inicialmente tenían capacidad para 7 pasajeros cada una, ampliándose a 14 en 1974 y a 28 desde 21 de julio de 1990. La última renovación de las cabinas se produjo en el año 2006, para mantener las normas de seguridad más exigentes, redujeron su capacidad a 20 pasajeros por cabina, teniendo como novedad que son completamente acristaladas. En el 2015 se renovó íntegramente toda la maquinaria, optimizando su funcionamiento. Aún hoy sigue siendo el tercero más largo del mundo. En la cota superior, a 1850 metros, podemos contemplar unas vistas espectaculares desde el llamado Mirador del Cable. El tiempo invertido durante el viaje en el teleférico es aproximadamente de cuatro minutos a una velocidad de 10 metros por segundo, lo que permite disfrutar de la impresionante magnitud de estas montañas.

En toda la zona aún perduran bocaminas, casetones de madera y escolleras que recuerdan su origen minero.

Existen numerosas rutas de montaña con origen en la parte alta del teleférico, una de las cuales nos conduce al refugio de Áliva, sede de un pintoresco hotel situado a 1666 metros de altitud en un paraje idílico. Siguiendo nuestro paseo podemos llegar hasta el llamado Chalet Real, construido por la Real Compañía Asturiana en 1912 para el rey Alfonso XIII que ya venía con su padre por estas tierras a cazar rebecos. Se cuenta que fue la primera casa prefabricada en España, tratándose de un chalet de tipología inglesa ubicado al pie de Peña Vieja a 1670 metros que estaba equipado con todo tipo de comodidades.

Toda la zona es propicia para practicar la escalada y el alpinismo, no faltando picos para montañeros con o sin experiencia, aunque siempre es mejor contar con un guía cualificado, lo que hará la travesía aún más placentera.





                                      
                                         Dibujo de una de las primeras cabinas del teleférico



jueves, 23 de abril de 2020

Receta cocido lebaniego

La mejor receta que podemos seguir para cocinar este cocido es la del hotel del oso, así que os dejo el enlace a la página del restaurante del hotel donde ellos explican la receta y nadie mejor que alguien que lleva años cocinando este plato y de una forma excelente para guiarnos en la elaboración de este plato de cuchara. Algo curioso de este cocido es que se sirven los ingredientes por separado, la sopa, el compango y los garbanzos. A pesar de ser más propio del invierno, es típico comerlo durante todo el año, sobre todo en la zona de Liébana. Es un plato muy rico y completo.

Enlace a la receta del restaurante:
http://hoteldeloso.es/el-restaurante/cocido-lebaniego/





viernes, 17 de abril de 2020

Hotel del oso en Cosgaya


Liébana, ubicada en la zona más occidental de Cantabria, está bañada principalmente por el río Deva, que nace en el impresionante circo de Fuente Dé, enmarcado éste en los Picos de Europa con cotas superiores a los 2000 metros. Estas montañas de caliza se formaron hace 7.900 millones de años tras largos procesos geológicos. La zona la conforman principalmente cuatro valles, situados a 300 metros sobre el nivel del mar, generándose gracias a picos como Peña Remoña, Peña Labra, Peña Sagra, San Glorio o Pico Tesorero, entre otros, un microclima al estar así defendido de los rigores de la meseta y de los vientos y la humedad de la costa Cantábrica. En la zona más profunda de los valles se disfruta de un clima mediterráneo, con temperaturas más extremas entre las diferentes épocas del año, destacando la sequedad estival, convirtiéndose en un entorno atlántico y húmedo en las cotas más altas hasta alcanzar características subalpinas en las cumbres. Su vegetación es muy peculiar, desde encinares, alcornocales en las laderas soleadas de las zonas bajas pasando por robledales y hayedos en las zonas altas, hasta llegar a los matorrales de las cumbres, destacando el enebro común.

En las riberas de los ríos se encuentran gran variedad de especies arbóreas con predomino de chopos, avellanos, fresnos, sauces y abedules. La fauna más representativa la componen jabalíes, corzos, venados y lobos, en las zonas de bosques, o rebecos en las cumbres de los Picos de Europa. Existe una gran variedad de aves rapaces y carroñeras, como el águila real, el azor y el buitre leonado, y los ríos trucheros no escasean.

Los frondosos bosques y los puertos de montaña son un buen refugio para el oso pardo, especie protegida que va aumentando su población en este idílico entorno.

Merece la pena hacer mención en la población de Cosgaya, del fantástico Hotel del Oso.
Hablemos primero un poco de Cosgaya. Se sabe que en el siglo VIII Don Pelayo con unos pocos hombres, consigue importantes victorias frente a los musulmanes, considerándose un hito importante para el inicio de la reconquista. El carácter lebaniego esta reforzado por su independencia y su raigambre cristiana, teniendo como centro espiritual el Monasterio de Santo Toribio de Liébana, donde se venera el Lignum Crucis. La tradición dice que aquí en Cosgaya nació Favila, hijo de don Pelayo, segundo rey astur, que pereció en el cercano monte de la Calvera, bajo las garras de un oso.

Pues en este maravilloso entorno se ubica este hotel familiar que merece toda nuestra atención.  La familia Rivas-González está unida desde antiguo a la historia de este pueblo.
 En 1960 el matrimonio se hizo cargo de una tienda de ultramarinos familiar, pronto comenzaron a llegar clientes deseosos de alojarse en este hermoso lugar. En el comienzo eran 10 habitaciones y luego se habilitó un pequeño comedor. Al crecer la clientela se inició la construcción del hotel que hoy conocemos, siendo inaugurado en abril de 1980 con 40 habitaciones y un comedor para el restaurante. Con una carta enraizada en la cocina tradicional lebaniega destacan el cocido lebaniego (no confundir con el montañés, más propio de la zona del valle de Cabuérniga), el lechazo, el cabrito y las natillas, acompañado por unos excepcionales embutidos y ensaladas. Todo en esta zona mejora su sabor, hasta el vino parece potenciado en sus características organolépticas. Bastan unos aparentemente humildes huevos fritos con patatas o una deliciosa morcilla con pimientos. El excepcional jamón ibérico de bellota que la carta nos propone es de una calidad sobresaliente, y como colofón un postre rico y contundente llamado canónigo. Los desayunos por su parte son abundantes y sabrosos e invitan a ser disfrutados en las mesas situadas a aire libre.

A esta casa está unido para siempre el pintor Núñez Losada que podría afirmarse que fue su primer cliente allá por el año 1965 y que está presente por todo el hotel con sus magníficos cuadros de estampas lebaniegas, sus brumas, sus paisajes de un realismo onírico, que refleja el entorno con gran sensibilidad.

Desde el año 1992 se encuentra en servicio otro edificio anexo con 17 habitaciones en lo que fue el hostal que dio origen al establecimiento. En la actualidad son sus cuatro hijas, las que llevan este negocio familiar, siempre con la misma atención y cariño hacia sus clientes y manteniendo con el paso del tiempo una calidad excepcional tanto en su cocina como en su hotel.

Mencionar el entorno, tan apacible al arrullo del río, las excelentes instalaciones del hotel que cuenta con una coqueta piscina, pista de tenis, zona de juegos con columpios, salón de billar, biblioteca y pequeños salones en las plantas de las habitaciones. Una chimenea encendida, la leña crepitando y afuera el cielo estrellado, ¿Quién podría pedir más?

















miércoles, 8 de abril de 2020

Receta cocido montañés


El cocido montañés es un plato muy apreciado en toda Cantabria, sobre todo en la zona de Cabuérniga. Prepararlo no conlleva mucha dificultad, pero si tiempo, si se quiere hacer a la vieja usanza y disfrutar de la cocina tradicional. En este guiso los ingredientes significativos que le diferencian de los demás cocidos son la alubia blanca y la berza y otra característica es que todos los ingredientes se sirven juntos.
Se cree que ya existía en la cocina en el siglo XVII, para sobrellevar los rigores del invierno y asociado a la matanza del cerdo que se realizaba en noviembre, pues parte de los ingredientes son el chorizo, la costilla, morcilla y tocino.
Para hacer un sencillo y rico cocido necesitaremos los siguientes ingredientes para 4-6 personas:

-Costilla de cerdo adobada 250 gramos
-Tocino 250 gramos
-Carne de cerdo 300 gramos
-Chorizo 100 gramos
-2 morcillas de arroz
-1 hueso de jamón 150 gramos
-Alubias blancas 200 gramos
-Berza fresca 250 gramos
-3 patatas medianas

-Las alubias habrán estado a remojo toda la noche anterior a la preparación. En una olla ponemos estas alubias, la costilla, el tocino, la carne y el hueso de jamón, cubrimos con agua fría y lo llevamos a ebullición, bajamos el fuego y lo dejamos cociendo durante una hora y cuarto aproximadamente, rectificando de sal. Al principio de la cocción es recomendable quitar la espuma que se puede formar en la superficie.

Cuando los ingredientes comiencen a estar ya tiernos, añadimos la patata y dejamos que siga cociendo a fuego lento, si se necesita un poco más de agua esta se incorporará caliente.

Comprobamos que en otros quince minutos ya todo estará cocido y añadimos el chorizo troceado y las morcillas dejando en el fuego 10 minutos más. Rectificamos de sal si es necesario.

La berza troceada se puede poner directamente al incorporar la patata o bien cocerla destapada, aparte, e incorporarla al guiso al final, para que no amargue en exceso. Cocerla destapada para que no pierda su color verde brillante.

Opcionalmente se puede hacer un refrito con ajo y pimentón que se añadiría al final.
Una vez todo en su punto, se retira del fuego, se trocean las carnes y ya se puede servir.




lunes, 30 de marzo de 2020

Bárcena Mayor


Bárcena Mayor es una localidad perteneciente al ayuntamiento de los Tojos (el más meridional de los que conforman el valle de Cabuérniga) enclavada en la reserva del Saja a 495 metros de altitud y bañada por el río Argoza. Es uno de los pueblos más antiguos de España, habiendo desde la edad media citas sobre este valle cántabro. Fue declarado conjunto histórico-artístico desde 1979.
El pueblo esta conformado por un conjunto de casas de arquitectura montañesa, construcción interior de madera y exterior de mampostería con vanos y esquinales de sillería y con sus fachadas principales orientadas al sur. Paseando por sus calles empedradas nos encontraremos con un lavadero con fuente, y un puente de piedra del siglo XVI, conformando todo un conjunto excelentemente conservado.
En referencia a su patrimonio artístico, destaca la Iglesia de Santa María del siglo XVII, que en su interior alberga un retablo barroco del siglo XVIII.
Su situación geográfica dentro de la comunidad es inmejorable, en un paraje natural de extraordinaria belleza. Bosques de robles y hayas, castaños, fresnos, abedules y avellanos. Encontraremos cerca del pueblo en cualquiera de nuestros paseos por el entorno acebos de gran tamaño y tejos. Entre la fauna cabe destacar corzo, jabalí, ciervo, lobo y oso pardo. A finales de septiembre los ciervos protagonizan la espectacular berrea, que cada vez cuenta con más interés popular. Debemos tener la precaución, si se realiza una ruta por cualquiera de las sendas de paseo que parten de esta zona, de la existencia de una importante temporada de caza, respetando los avisos que nos indican los límites y tiempos de esta actividad. En cuanto a las aves se pueden contemplar águila real y martín pescador; en peces se prodiga la trucha.
Desde el mismo pueblo se pueden realizar dos rutas muy interesantes: una de ellas de Bárcena Mayor al pozo de la Arbencia, no tiene dificultad técnica, el paseo sigue el curso del río y el sendero permanece durante buena parte del recorrido cobijado a la sombra de los árboles. Otra ruta parte también del pueblo, pero cruzando el puente de piedra sobre el río Argoza nos encamina hacia la Ermita del Carmen, para tener como final los pastos de altura en Ozcaba, donde el ganado, vacas tudancas y caballos, pasan la temporada de primavera y verano. Este recorrido es de dificultad media por su longitud. Cualquiera de las dos opciones es muy interesante pero la primera resulta más cómoda y además contamos con un área recreativa cercana al pueblo.
Bárcena Mayor es actualmente un centro turístico importante en la comunidad de Cantabria, contando con un buen número de restaurantes donde poder saborear un buen cocido montañés, venado, jabalí, lechazo o cabrito al horno, acompañado de unos buenos postres donde destaca como acompañante la miel de brezo.
Es una excelente opción para pasar un día en plena naturaleza, sin renunciar a una excelente oferta gastronómica.
                              









domingo, 15 de marzo de 2020

Fontibre-nacimiento del río Ebro


El nombre Ebro, de origen griego latinizado, significa ribera del río. Ya en el imperio romano era citado por Plinio el Viejo mencionando las fuentes del Ebro como Fontibre y que por su nombre Iberus, los griegos llamaron Iberia a toda Hispania. San Isidoro en sus Etimologías dice que en alusión al río Ebro se llamó Cantabria, Kant-Iber, a todas las montañas donde el río inicia su curso.

Localizamos su nacimiento al sur de la provincia de Cantabria, más concretamente en el circo del pico Tres Mares a 1880 metros de altitud, en la sierra de Peñalabra. Aquí comienza su andadura el río Híjar, en los arroyos de Pidruecos y el Guares a 27 kilómetros de Reinosa. El Híjar que atravesando y escondiéndose por los materiales calizos de sus laderas llega en parte a la formación de la hoya o manantial donde ya se da origen al nacimiento del Ebro, la fuentona de Fontibre.

El Pico Tres Mares es la única montaña dentro de la Península Ibérica que vierte agua a los tres mares que la bañan. El río Nansa va hacia el norte al mar Cantábrico. Un afluente del Pisuerga, a su vez afluente del río Duero, que desemboca en el océano Atlántico y el Híjar que dando lugar al nacimiento del Ebro llega al Mediterraneo.

Fontibre se sitúa cerca de Reinosa, a 900 metros de altitud. El Ebro recorrerá 930 kilómetros hasta llegar al mar Mediterráneo siendo así el río más largo de España y el segundo de la península Ibérica después del Tajo. Es también el río más caudaloso del país, con un caudal de 600 metros cúbicos por segundo. Recorre en su camino hacia su desembocadura en Tortosa (Tarragona) siete comunidades autonómas: Cantabria, Castilla y León, La Rioja, País Vasco, Navarra, Aragón y Cataluña. En Tortosa forma el delta del Ebro, espacio protegido por su riqueza biológica.  En su camino el agua se embalsa en el pantano del Ebro, situado entre Cantabria y Burgos, aunque la mayor parte del embalse está en tierras cántabras y así prácticamente todos los ríos que vierten en él sus aguas están en esta comunidad. Esta infraestructura es vital para los regadíos de La Rioja, Navarra y Aragón.

En esta zona montañosa predominan los bosques de hayas y quejigos. El entorno del nacimiento de la fuentona se repobló con fresnos y chopos que se entremezclan entre robles y sauces. Es un importante coto truchero.

En su entorno destaca la parroquia de San Félix del siglo XII y su retablo del siglo XVIII.

En el nacimiento de Fontibre, junto al manantial hay una pequeña escultura de la Virgen del Pilar de piedra sustentada sobre una columna del mismo material, obra del escultor Jesús Otero, donde están grabados todos los escudos de las provincias por las que pasa el río hasta llegar al mar.

En las inmediaciones de este pequeño parque del nacimiento del río hay un centro de interpretación donde se ilustra acerca de los diferentes espacios naturales asociados a su recorrido.

Podemos disfrutar de toda esta hermosa comarca campurriana y su gastronomía, de su paisaje y zonas turístico-deportivas que incluyen una estación de esquí y un campo de golf de 18 hoyos.







martes, 17 de diciembre de 2019

Los collados y valle del Asón


En la zona oriental de Cantabria podemos disfrutar del parque natural de los Collados del Asón y su valle.

Lugar emblemático con ríos destacados como el Asón y su afluente el Gándara, montañas como el picón del Fraile de 1615 metros de altitud, una gran formación caliza donde el agua mediante la karstificación ha ido moldeando las rocas dando lugar, a multitud de cuevas y grutas. Hay más de 4.000 cavidades catalogadas, ubicándose aquí algunos de los sistemas subterráneos más grandes de la región. Podemos destacar Covalanas, Cullalvera, El Mirón, La Haza y Cueto-Coventosa, como cuevas importantes. Covalanas y Cullalvera son visitables. Covalanas es de pequeñas dimensiones y es famosa por sus pinturas de las ciervas rojas, Cullalvera es una cavidad de grandes dimensiones en las que no se pueden contemplar pinturas pues no están accesibles al público, pero si disfrutar de un paseo por el interior contemplando las corrientes de agua en los días de lluvias y disfrutar de su historia. Por otro lado, Cueto-Coventosa es famosa por su nivel y belleza para practicar la espeleología y El Mirón muy importante gracias a unas excavaciones realizadas en el 2010 donde se pudo descubrir el que podía ser el primer enterramiento del magdaleniense encontrado en la península ibérica.

El río que da nombre, a este valle profundo, es el Asón que nace en la cascada de Cailagua, inmensa forma de cola de caballo de más de 50 metros, situada en Soba, en la peña de Azalagua a una altitud de 680 metros, recorriendo unos 44 kilómetros hasta llegar al mar y desembocar en la bahía de Santoña a través de la ría de Treto. En Ramales de la Victoria recibe a su principal afluente el Gándara, encontrándose después los mejores cotos de salmones de la región. Se pueden contemplar restos de milenarios glaciares en la parte mas alta y media de caliza permeable, siendo la zona baja de suaves colinas y amplias llanuras.
Los bosques autóctonos ocupan la mayor parte de la superficie, destacaremos en la parte fluvial, alisos, robles, olmos de montaña, tilos, arbustos como los endrinos; encinas y madroños en las zonas inferiores y pasando los 650 metros de altitud, hayas, acebos y en las zonas más expuestas enebro. De la fauna podemos decir que debido a la gran cantidad de cuevas se pueden encontrar murciélagos, pudiendo ver también zorros, erizos, buitre común y en la zona de ribera sapo, tritón y en el nacimiento del Asón, salmones, anguilas y truchas.

Es una comarca predominantemente ganadera y agrícola, que con el tiempo va adaptándose a nuevas formas de economía como el turismo y el deporte de aventura. Hay numerosas rutas de senderismo, vías ferratas para deporte de montaña más especializado y la posibilidad de descenso de barrancos con diferentes niveles de dificultad. Acompañado de un clima atlántico de temperaturas suaves, templado con escasa oscilación térmica.

Su patrimonio histórico es destacable como la Iglesia de San Pelayo en Arredondo de estilo neoclásico del siglo XIX y bien de interés cultural del 1988, casonas, Torre medieval e Iglesia de San Martín de Quintana en Soba, ermita románica de La Busta y el Palacio de la Gándara 1535.

Visitar esta zona supone un contacto con la naturaleza en un entorno privilegiado pudiendo simplemente disfrutar paseando por sendas aptas para todo el mundo o dejarse llevar por los deportes de aventura.





martes, 11 de junio de 2019

La quesada pasiega


         La quesada como su nombre indica tiene una relación directa con el queso. Se menciona ya en el "Libro de buen amor” del Arcipreste de Hita, siglo XIV, donde se puede leer: “queso asado, leche, natas”. En su receta original se hacía con leche fresca de vaca a la que se agregaba cuajo natural, que se produce en el estómago del animal cuando está en periodo de lactancia y que contiene una enzima que provoca el cuajado de la leche. Una vez añadido el cuajo a la leche y tras un periodo de reposo queda un líquido, el suero, que se separa y escurre dejando como resultado ese queso fresco, que es más bien una cuajada.
Hay muchas formas de hacer una buena quesada, podemos seguir los pasos de la receta más tradicional: 500 gramos de cuajada o queso freso, 4 huevos, 100 gramos de mantequilla, 250 gramos de azúcar, 100 gramos de harina, ½ ralladura de limón, y canela (una cuchara de café). Para la cuajada, en un litro de leche fresca, dos cucharaditas de cuajo. El cuajo puede ser natural, vegetal o sintético.
 O bien hacer una receta más sencilla, práctica y no menos rica, usando estos ingredientes:
                 1-2 huevos.
2-90 gramos de azúcar.
3-150 gramos de harina.
4-50 gramos de mantequilla.
5-1 yogur natural o de limón.
6-1/2 litro de leche.
7-Ralladura de limón.
8-Canela en polvo, una cucharada pequeña.

Para su elaboración: se unta el molde con mantequilla, no se necesita un molde muy profundo. En un bol, se mezclan los huevos, el azúcar y la mantequilla atemperada, batiéndolos bien. Se añade el yogur, la ralladura de limón y la leche. Se consigue una masa ligera a la que se le va añadiendo poco a poco la harina tamizada. Para finalizar se echa en el molde y se  espolvorea con la canela.
Se introduce 40 o 50 minutos a 180º, en el horno precalentado.
En Cantabria hay muchas casas que realizan unos productos excepcionales, es un postre sencillo que acompaña perfectamente cualquier sobremesa.





sábado, 25 de mayo de 2019

Cápsula-gorro del sobao


Según la indicación geográfica protegida, los sobaos se deben presentar en una capsula de papel de base rectangular, que se denomina gorro, en de la que los dobleces constituyen unas alas características.
Los tamaños recogidos para mantener su consideración de sobao son:

                   -Sobao grande de 130 a 180 gramos.
                   -Sobao mediano de 40 a 80 gramos.
                   -Sobao pequeño de 20 a 40 gramos.

Vamos a confeccionar nuestro propio gorro siguiendo estos pasos:
                     1.- Usaremos un folio de 12x15cm para practicar. Doblaremos por la mitad la parte más larga, marcándola como referencia y doblaremos ahora las dos partes acercándonos a la mitad, pero dejando un pequeño espacio.                                                          



2.- Ya tenemos el primer paso, con este siguiente doblez bien marcado. 


3.-En este siguiente paso marcamos dos pequeños dobleces por las otras dos partes. 


4.-Tendremos que hacer en la parte mas ancha un doblez a la mitad y marcar las alas de las esquinas. 



5.-Doblando las alas hacia afuera, conseguiremos darle ya casi la forma definitiva. 






6.- Armaremos las dos partes igual. 





- Ya tenemos preparado nuestro gorro. Ahora solo debemos practicar y usar papel adecuado para alimentación. 



Para hacerlos en el horno se debe utilizar papel encerado para alimentación o papel barba, pero es difícil encontrarlos en tiendas por lo que es más fácil en casa utilizar moldes pequeños para horno. 


domingo, 17 de febrero de 2019

El sobao pasiego (historia y receta)

La historia de este dulce tan rico y especial comienza hace aproximadamente un siglo. En España y en Europa ya en la edad media abundaba la bollería endulzada con miel, escasas veces con azúcar, ya que esta llegó a la península de la mano de los árabes y en principio siendo un producto bastante caro así que los sobaos comenzaron a elaborarse como tal cuando el precio del azúcar fue más asequible. Se inició así un comercio en los mercados de la parte norte de la provincia de Burgos, donde los pasiegos llevaban sus productos lácteos para intercambiarlos por harina de trigo y azúcar entre otros.
Aunque en algunas recetas se usa la miel, pues se puede pensar que era el producto que mas a mano se tenía,  en esa época tenía más connotaciones medicinales y como alimento utilizado en gachas y pulientas.
El uso del trigo en vez del maíz abundante en la zona se debió a que la harina de trigo se convirtió en un alimento básico, sobre todo en el momento que se pudo adquirir fácilmente en los mercados de Castilla. Algunos autores también consideran cuestiones religiosas para su utilización. La harina de trigo en repostería da mejores resultados para conseguir un postre esponjoso, por su contenido de gluten.
Otros ingredientes que se utilizan para la elaboración de los sobaos son la mantequilla, evidentemente en este valle ganadero de gran calidad con unas características organolépticas especiales y huevos frescos de gallina que comen maíz y les aporta ese intenso color dorado.
En un principio se empleaba una masa hecha con miga de pan, huevos, mantequilla y azúcar blanca. Sustituyéndola más tarde por harina de trigo y posteriormente se introduce la ralladura de limón y ron o anís. Destaca el papel de la mujer pasiega como creadora del sobao, pues de ella fue la idea de utilizar los restos de masa o miga de pan sobrante.
La harina se mezclaba con agua y sal en la artesa, la levadura solía ser un trozo de masa avinagrada de la vez anterior, se amasaba a mano y se dejaba reposar, se dividía en porciones y se volvía a amasar, llamándose a esta operación sobar, de ahí su nombre. Cada pan se tapaba con un paño y se dejaba hasta que estuviera a punto para el horneado. Lo que sobraba en la masera se hacia un bolo y se guardaba para que una vez avinagrado sirviese para la siguiente preparación de sobaos, era su levadura natural.
La receta actual admite como todas, pequeñas variaciones, pero siempre manteniendo los productos básicos que son:
250 gramos de harina
250 gramos de mantequilla
250 gramos de azúcar
3 huevos
Una pizca de sal
3 cucharadas pequeñas de levadura en polvo (15 gramos aproximadamente)
Y opcional, pues muchas marcas lo añaden o no:
Miel, mejor de brezo, algunas casas también añaden un poco
Ralladura de limón
1 cucharada de ron o anís
Para hacer la receta en casa con los primeros ingredientes es más que suficiente.
-Mezclar la levadura con la harina y reservar.
-Se mezcla la mantequilla ablandada con el azúcar. Añadir el pellizco de sal y los huevos ligeramente batidos. En este paso si se quiere es cuando se incorpora también la ralladura de limón, el ron y la miel.
-Se va incorporando poco a poco, con un tamiz o un colador, la harina con levadura a la mezcla que ya tenemos preparada.
-Se amasa con las manos hasta que esté bien mezclado.
-Se reparte la masa en los moldes llenándolos hasta la mitad.
-El horno se precalienta unos cinco minutos y se cuecen a 180 grados de 15 a 20 minutos.
El papel de las capsulas(gorro), utilizado para verter la masa y hornear, es papel encerado para alimentación o papel barba. Si no tenemos tiempo o nos resulta difícil encontrar el papel se puede utilizar cualquier tipo de molde para horno.
Los sobaos tienen indicación geográfica protegida desde el año 2004.
Es un alimento natural cien por cien si se hace con esta receta y sin ningún tipo de conservante, por lo que es verdad que su comercialización es bastante complicada pues su caducidad suele ser un periodo relativamente corto. Hay muchas marcas que han apostado por mantener esta tradición y seguir fieles a la receta. Podrían mencionarse muchas, pero personalmente los mejores sobaos entre otros son El Macho, Joselín y Luca. Estas casas también tienen otros productos que merece la pena probar como las quesadas, de las que hablaremos próximamente y las galletas pasiegas de mantequilla, en especial las de Luca.
El sobao es un producto sencillo que necesita muy buenos productos para conseguir un buen resultado. En Cantabria es el dulce por excelencia.
Añadiré en otra  entrada del blog los pasos para hacer el gorro y poder elaborar un sobao completo, como manda la tradición.

viernes, 8 de febrero de 2019

Valles Pasiegos

Los valles pasiegos engloban las cuencas fluviales de los ríos Pas, Pisueña y Miera, con una gran similitud cultural y social con pequeños signos distintivos. Ya se tenía referencia de los pasiegos hacia el año 1011.
La actividad económica mas importante es la ganadería dedicada a la explotación láctea y derivados, con un sistema basado en los desplazamientos del ganado a los pastos de altura en primavera y verano. Adaptado a esta forma de vida se comienzan a construir las cabañas pasiegas cuyo origen contrastado se señala en el siglo XVI.  Cabañas que en un principio se hacían de madera y luego de piedra, acondicionadas para las necesidades de la explotación ganadera. Siempre construidas con materiales locales y próximos, suelen ser de dos plantas, la parte baja para establo y la superior habilitada como vivienda, los tejados son de lajas de piedra o “lastras”. Se calcula que en los valles pasiegos existen cerca de 800 cabañales en buen estado de conservación. Una vez llegado el invierno bajaban a la aldea, en núcleos de población estables que se fueron formando alrededor de las iglesias y monasterios a lo largo de la edad media, Vega de Pas, San Pedro del Romeral y San Roque de Riomiera.
Es destacable en la historia de estos valles el papel de las mujeres, sobre todo aquellas que salieron de su tierra para ser “amas de cría” de los hijos recién nacidos de la nobleza y de la alta burguesía.
El Valle del Miera es el más occidental, destaca por sus bosques de hayas. En la cuenca alta es abrupto pero ya en su parte media podemos encontrar cabañas pasiegas y en su parte baja balnearios como el de Liérganes. En la cabecera del Miera se encuentra San Roque de Riomiera que celebra en Septiembre la fiesta del “Orgullu Pasiego”, con actividades relacionadas con su idiosincrasia, como el salto pasiego o el corte de troncos entre otros. En esta zona se ha conseguido la recuperación de especies como el rebeco, desaparecido durante muchos años en este entorno.
 En el Valle del Pisueña las cabañas aparecen por doquier. De su arquitectura destaca la Colegiata de Santa Cruz de Castañeda de los siglos XI y XII, la iglesia románica de San Andres, Nuestra Señora de la Asunción, el Santuario de Nuestra Señora de Valvanuz (patrona de los pasiegos) que se celebra el 15 de agosto y como destacada representación civil el Palacio de Soñanes.Un municipio importante en el curso de este rio es Selaya, en su origen, Sel del Haya, su nombre proviene de los seles o lugares cercados en redondo donde se guardaba el ganado alrededor de una especie de ara de piedra en la que se encendía fuego para alejar a los lobos y otras alimañas durante la noche.
El Pas es un rio salmonero de más de setenta kilómetros, que divide a Cantabria en dos por su mismo centro. El nombre de Pas ya aparece en documentos del siglo XI, citado por Salvador de Oña. En la cabecera del rio se sitúa el pueblo de La Vega de Pas, en este municipio está enclavado el museo etnográfico de Las Tres Villas Pasiegas. Su camino está plagado de molinos que trituraban el grano, primero trigo y después maíz por ser este abundante en la zona y extraordinarios balnearios como Alceda y Ontaneda, conocidos ya en tiempos de los romanos, famosos por sus aguas sulfurosas. Casi al final de su recorrido está Puente Viesgo, donde se encuentran las cuevas de el castillo y las monedas, prueba del arte rupestre paleolítico y declaradas patrimonio de la humanidad por la Unesco en 2008. Es un valle con un rico y amplio valor arquitectónico, cabe  mencionar la iglesia de Santa María de Cayón. Señalando de manera curiosa que en el pueblo de Vejorís, bañado por el Pas, está el solar de don Francisco de Quevedo y Villegas, la casa de sus mayores que nunca olvidó.
Es un lugar privilegiado en una naturaleza que conserva todo su verdor y con un bosque autóctono representado por robles, fresnos, castaños, olmos, arces, alisos y tilos, ríos en los que disfrutar el deporte de la pesca y elevadas cumbres que sobrepasan los 1500 metros de altitud con un fuerte relieve consecuencia de su origen glaciar.
En resumen, es una comarca que va despertando y abriéndose a otras formas de economía como el turismo rural y la gastronomía, ejes de su prosperidad.  No podemos dejar de mencionar los sobaos y la quesada pasiega; dos dulces antaño caseros que han evolucionado desde sus orígenes, siendo conocidos,  me atrevería a decir, en todo el mundo.










viernes, 14 de diciembre de 2018

Receta marmita de bonito

La marmita es una olla de metal con tapa, en la que cocinaban antiguamente los marineros que se dedicaban a la pesca del bonito del norte, siendo este plato su dieta principal. En sus orígenes esta receta se realizaba con pan, pero cuando se descubre América, se incorpora la patata a nuestra cocina y se introduce en esta rica elaboración. El plato fue evolucionando, añadiendo el pimiento verde italiano y la cebolla. En la cornisa Cantábrica se cocina con una base principal que se modifica según las costumbres de cada pueblo. Aunque se admiten variaciones siempre son imprescindibles la patata y el bonito. En San Vicente de la Barquera recibe el nombre de sorropotún, esta denominación se ha ido extendiendo al resto de la provincia.
RECETA DE LA MARMITA DE BONITO
Ingredientes para 4 personas:
                                      500 gramos de bonito limpio
                                       4 patatas medianas
                                       1 cebolla roja, puede ser blanca
                                       1 pimiento verde italiano
                                       1 tomate
                                        aceite de oliva virgen extra
                                        pimentón dulce, una cuchara pequeña
                                        1 hoja de laurel
ELABORACIÓN:
1       Picar y pochar la cebolla con el pimiento verde en una cazuela con aceite. Cuando comiencen a dorarse se añade la carne del tomate pelado y sin pepitas. Se puede utilizar una guindilla de Cayena.
2       Se incorporan las patatas escachadas, triscando al cortar, en el refrito, moviéndose durante un rato para que se impregnen de todo el sabor. Se añade agua, cubriendo bien la patata y se deja cocer a fuego medio, durante 15 o 20 minutos. Se incorpora la hora de laurel, el pimentón, sal y pimienta. Se puede apartar la guindilla.
3       Cuando la patata esta cocida, retirar la hoja de laurel, añadir el bonito cortado en dados, un par de minutos más, mover un poco para que espese el caldo y retirar del fuego para que no se reseque el bonito. Se puede espolvorear con perejil.
Se pueden introducir algunos cambios, en vez de agua, utilizar caldo de pescado y sustituir el pimentón por pimiento choricero, con cuatro sería suficiente, que deberían estar en remojo unas horas antes. Si se quiere también se puede añadir un poco de ajo al principio. Se consigue un toque personal incorporando vino blanco a la verdura pochada, dejándolo a fuego fuerte unos segundos para que se evapore el alcohol.
Es un guiso de verano, temporada de pesca del bonito, aunque se puede innovar e introducir otros tipos de pescados. Es una receta sencilla, que no necesita muchos ingredientes, tomándose como plato único.

jueves, 6 de diciembre de 2018

Laredo

Laredo es una villa marinera, capital de comarca en la zona oriental de Cantabria. Enmarcada en una hermosa bahía, teniendo sus límites costeros entre la Atalaya o el Canto de Laredo y el Peñón de Santoña. Entre estos dos peñascos y separando Laredo de Santoña, está la ría del Asón.
Su historia va unida a la de la costa Cantábrica teniendo conocimiento de intercambios comerciales marítimos, antes de Cristo, entre las gentes que vivían en esta región y las de las Islas Británicas, si bien la primera noticia la proporciona, ya en siglo I de nuestra era el geógrafo griego Estrabón. La dominación imperial romana dejó muestras por toda la costa Cántabra, activos puertos conectados con la meseta castellana a través de calzadas romanas. Las invasiones e incursiones bárbaras y vikingas, entre otros, redujeron su actividad marítima pero no su comercio pesquero. Se sabe de un asentamiento de un poblado de pescadores hacia el 757 pero las primeras noticias datan del año 968.
La primera referencia escrita de Laredo se encuentra en el cartulario de 1068 del monasterio de Santa María del Puerto de Santoña. Su importancia histórica da comienzo cuando el rey Alfonso VIII, el 25 de enero de 1200 firma en Belorado, Burgos, el fuero que le otorga amplios privilegios. En este mismo año se le concede jurisdicción propia, nombrándola villa real. Este fuero otorga a Laredo diez kilómetros de costa y diez kilómetros hacia el interior como limites jurisdiccionales. Otros puertos recibieron el mismo tratamiento, Castro Urdiales (1163), Santander (1187) y San Vicente de la Barquera (1210), constituyendo la Hermandad de las Cuatro Villas de la costa de la mar.
Es tal su importancia que marineros laredanos participan en la conquista de Sevilla en 1248, con las quillas de sus tres naves consiguieron romper las defensas formadas por cadenas que impedían el acceso de la flota por el rio Guadalquivir. De ahí que en su escudo Laredo tenga en el centro la Torre del Oro acompañada de tres naves sobre una cadena, enmarcado por una bordura en oro portando las palabras “armas de la noble y leal villa de Laredo”. El escudo esta timbrado con la corona real española.
En 1254 se construye la muralla que resguarda en su interior la seis rúas o calles de la villa, que hoy forman la Puebla Vieja. Están situadas a los pies de la iglesia de Santa María de la Asunción, en la dirección norte-sur son rúa mayor, san Marcial y Santa María y en la dirección este-oeste, san Martín, la rúa de en medio y la rúa de Ruayusera o de abajo. Este conjunto contiene en sus límites valiosas joyas tanto escultóricas, pictóricas como arquitectónicas. La muralla tenia doce puertas, destacando un torreón alzado detrás del convento de San Francisco. La puerta principal de acceso a la villa era la de Bilbao o de San Lorenzo.
El siglo XIV no fue una buena época para Laredo, sufrió un terrible incendio que asoló la villa y en 1348 la peste diezma su población. A pesar de todo si se consiguieron dos cosas muy importantes, la libertad de pescar y salar, concedido por Alfonso XI y Enrique III eximió a los pescadores de Laredo del pago de tasas.
En el siglo XV los marinos de las Cuatro Villas fueron el emblema del poder naval y mercantil del reino de Castilla, como principales puertos de exportación de las lanas castellanas hacia el norte y de los productos manufacturados y paños que desde Flandes, Francia e Inglaterra traían en sus viajes de vuelta.
Ya al final de la edad media tiene 2000 vecinos y resurge con una época dorada respaldada por los reyes católicos. Destaca en 1496 la estancia de Isabel la católica que despide en el puerto a su hija Juana de Castilla camino de Flandes para casarse con el archiduque de Austria, Felipe el hermoso. Este mismo año Isabel escribe desde Laredo a Colón y recibe en audiencia al marino Juan de la Cosa, que participará en el descubrimiento de América.
Un hecho relevante para eventos desarrollados posteriormente en la villa fue el desembarco en 1556 del emperador Carlos V, en su último viaje de camino al monasterio de Yuste, Cáceres, donde murió el 21 de septiembre de 1558.
En 1629 la villa es nombrada capital del corregimiento de las Cuatro Villas de la mar lo que la convierte en el concejo mas importante y extenso del territorio a pesar de lo cual los siguientes años no fueron brillantes, pues padeció pestes, incendios y saqueos como el que llevo a cabo la armada francesa en 1639, todo esto empobreció la villa.
Hasta la segunda mitad del siglo XVIII no volvió a resurgir el comercio marítimo en Cantabria, como dinamizador de su economía y a partir de aquí no se repartió entre los cuatro puertos principales como hasta entonces si no que se polarizó hacia Santander.
EL precio que pagó Cantabria por su aportación a la construcción de galeones fue una atroz deforestación consecuencia de la tala de sus robles. Árboles que servían bien para los navíos o para carbón de madera empleado en la fundición de cañones.
El rey Alfonso XII visita Laredo en 1882 y la reina regente María Cristina concede el tratamiento de excelencia al ayuntamiento en 1894.
En la segunda mitad del siglo XIX la instalación de fábricas de conservas y salazones provocan el despegue de la villa. El número de visitantes crece con fuerza y cambiará toda su economía y aspecto urbano. En 1876 se produce la urbanización de amplias zonas del entorno del casco medieval e inicio de las obras del puerto pesquero. A finales del siglo XIX comienza a resurgir debido al crecimiento urbano fuera de la villa medieval, Puebla Vieja, declarada conjunto histórico artístico en 1970.
El verdadero empuje vino de la mano del turismo que se desarrollo sobre todo en los años sesenta del siglo XX, bautizando a este municipio como capital de la costa esmeralda. Es destacable que la población permanente es de 12.591 habitantes llegando en la época estival a los 30.000, sin embargo, en un periodo de veinte años, según el instituto cántabro de estadística, está previsto que la población de Laredo disminuya un veintiséis por ciento.
Conserva un patrimonio arquitectónico destacable, iglesias románicas del siglo XII como San Martín y la Ermita del Espíritu Santo. La iglesia de Santa María de la Asunción de estilo gótico, en su ábside de la nave de Belén alberga la obra policromada del arte flamenco más importante de la región, el Convento de San Francisco, Santa Catalina, la Torre de los Capuchinos, la del corregimiento, la Casa Zarauz y el Ayuntamiento, del siglo XVII, de dos plantas con arcos de piedra de sillería. Fuera del recinto amurallado cuenta con un rico patrimonio civil, Casa de las Cuatro Témporas, Palacio de Carasa o las Escuelas del Dr Velasco entre otros.
Laredo cuenta con cuatro playas, la principal y más extensa pues cuenta con casi cinco kilómetros de fina arena, enclavada en el casco urbano, es la playa de Salvé. En longitud le sigue la playa El Regatón, semiurbana, dentro del parque natural de las marismas de Santoña, Victoria y Joyel, extendiéndose en la margen de la desembocadura del rio Asón, de tres kilómetros, con una anchura de cuarenta metros. Tiene en este entorno otra playa llamada El Aila, por su forma en punta, es el cierre de La Salvé en un extremo y El Regatón por el otro, son cincuenta metros de formación dunar, excepcional para la práctica de deportes como el wind-surf y el kite-surf. Por último cabe mencionar la playa de La Soledad, pedregosa, se abre entre acantilados, se encuentra únida al casco urbano mediante un túnel escarbado bajo el monte de la Atalaya, aquí se abren unas vistas espectaculares al mar Cantábrico, azotado por fuertes vientos y oleaje.
Una singularidad que destaca en el paisaje del municipio es La Atalaya, cabo situado al norte de la Puebla Vieja, es un cono de cenizas volcánico perteneciente a los Pirineos que se formó durante el triásico superior. Es bien de interés cultural, aquí están enclavados los restos del Fuerte del Rastrillar.
Tiene una dársena deportiva de ciento veintiséis mil metros cuadrados con ochocientos cincuenta y siete atraques junto al puerto pesquero, situados en una zona accesible con todos los servicios en el casco urbano.
Se celebran fiestas muy singulares a lo largo del año, entre ellas La Batalla de Flores, nace en 1908, se celebra el último viernes de agosto, de interés turístico nacional, las flores empleadas para engalanar las carrozas son dalia, clavel, clavelón chino y margarita teñida. Se representan personajes y temas de actualidad o representativos del momento, al final del día de realiza un desfile donde se valora la composición, armonía, calidad y técnicas de colocación de las flores. Este año participaban quince carrozas, ocho grandes y siete pequeñas necesitando cada una entre 150.000 a 200.000 flores para sus proyectos. Desde el año 2000 se celebra por todo lo alto la conmemoración del último desembarco del emperador Carlos V en la playa Salvé en 1556, se realiza el tercer o cuarto jueves de septiembre, es fiesta de interés turístico regional. Como buena villa marinera también celebra el dieciséis de Julio, El Carmen y el once de noviembre San Martín, patrono de la cofradía de pescadores. El dieciséis de agosto es la festividad de San Roque, día de la marmita, unas cien cuadrillas concursan para demostrar quien hace el guiso de bonito más rico. Como colofón de festejos el quince de agosto es el día de la patrona de Laredo Santa María de la Asunción.
Los laredanos o pejinos disfrutan de todas las bondades de vivir en un lugar de Cantabria privilegiado por sus arenales, por su ubicación, la afluencia nacional e internacional de su turismo y por toda su dilatada e interesante historia.